
Benjamin Lacombe: Ilustrar con alma
Entre lo onírico y lo melancólico, una obra que deja huella
Hay artistas que ilustran historias, y otros que las transforman. Benjamin Lacombe pertenece sin duda a este segundo grupo. Con una sensibilidad visual única, su estilo mezcla lo delicado con lo inquietante, lo tierno con lo trágico. Y aunque ha ilustrado numerosas obras, cada una de sus páginas parece latir con vida propia.
Este artículo es un pequeño homenaje y análisis de su trabajo, y una de las razones por las que es uno de mis ilustradores favoritos.
✨ Un estilo reconocible a primera vista
Lacombe tiene esa cualidad que muchos ilustradores buscan durante años: una voz visual propia. Sus personajes, de ojos grandes y expresivos, habitan mundos que parecen sacados de un sueño, pero no de uno cualquiera —sino de esos que dejan una sensación extraña en el pecho, mezcla de belleza y nostalgia.
Sus composiciones están llenas de detalles simbólicos, sus paletas de color son ricas y emotivas (con muchos verdes grisáceos, rojos apagados, dorados y tonos sepia), y sus figuras suelen mostrar una teatralidad contenida, como si estuvieran siempre a punto de hablar o de llorar.
📚 Ilustrando clásicos desde otra mirada
Uno de los mayores logros de Lacombe es su reinterpretación de cuentos clásicos y obras literarias. Desde Elmagret, Cuentos macabros de Edgar Allan Poe, hasta Alicia en el País de las Maravillas, su trabajo va más allá de decorar un texto: lo amplifica, lo transforma, le da una nueva lectura visual.
En lugar de dulcificar los relatos, los potencia emocionalmente, respetando su complejidad y sumergiéndonos en la psicología de sus personajes. Esta conexión profunda con las historias que ilustra es lo que hace que cada libro suyo se sienta como una obra completa, no como una simple edición ilustrada.
🖌️ Técnica, paleta y composición
Aunque ha trabajado tanto en digital como en tradicional, muchas de sus ilustraciones mezclan grafito, gouache y técnicas digitales para lograr esa textura rica y atemporal que lo caracteriza. La forma en que combina luces suaves con sombras profundas, y cómo utiliza el espacio negativo, muestra su dominio del lenguaje visual.
Sus paletas suelen tener una carga emocional evidente. El uso del color no es decorativo: cada matiz tiene un propósito narrativo. Verdes melancólicos, rojizos pasionales, contrastes dramáticos que reflejan el alma de los personajes.
💬 ¿Por qué es tan inspirador?
Como ilustradora, encontrar referentes que no solo sean técnicamente brillantes sino también emocionalmente honestos es un regalo. Lacombe nos recuerda que la ilustración no es solo estética: es lenguaje, emoción, poesía visual.
Estudiar su obra te enseña no solo a dibujar mejor, sino a contar mejor. A escuchar las historias antes de ilustrarlas, a crear imágenes que hablen por sí mismas.
🧡 En resumen
Benjamin Lacombe es uno de esos artistas que no solo nos inspiran por su talento, sino por su capacidad de conectar con el lector desde la imagen. Sus libros no solo se leen o se observan: se sienten.
Si no conoces su obra, te recomiendo empezar con Cuentos macabros, Nuestra Señora de París o Madama Butterfly. Y si ya lo admiras como yo, seguro entiendes por qué sus ilustraciones dejan una huella tan profunda.